martes, 29 de septiembre de 2009

Fantasma con alma de hombre



El granadino Javier Botet se ha convertido en uno de los actores de cine de terror más reconocidos por la industria.- (ROMÁN URRUTIA - Diario IDEAL GRANADA)
Una figura diabólica, estirada y de facciones realmente terroríficas, en la pantalla estremece a la sala. Los espectadores están seguros de que se trata de una figura diseñada por ordenador, pero no, es sólo maquillaje sobre un cuerpo y un rostro reales: los de Javier Botet, un granadino que ocupa un privilegiado puesto en el cine de terror.
Y es que Javier supo sacar partido a su extraña enfermedad, denominada Marfan, para cumplir el sueño de su vida, ser actor; consiguió entonces que lo que muchos consideran una deformidad -es extremadamente alto, con unos larguísimos brazos y piernas y una delgadez extrema- le haya reportado un medio de vida y una estabilidad emocional, «porque hago lo que siempre me ha gustado y trabajando y viviendo en Madrid, después de participar en algunos cortos, me di cuenta de que era posible».
Al finalizar sus estudios de Bellas Artes se apuntó a un curso y, tras 'Bajo aguas tranquilas', comenzaron a llamarlo para otros papeles «cada vez con más frecuencia hasta el punto de que ya me estoy permitiendo rechazar algunos».
Festival de Austin
Su fama ha viajado al otro lado del charco porque va como invitado a uno de los más prestigiosos festivales de cine de terror del mundo, el de Austin, donde se presentará la segunda parte de 'Rec', en cuyas dos entregas ha trabajado Botet interpretando uno de los papeles más carismáticos que se hayan hecho, el de la niña Medeiros, una criatura «que quizá sea el único personaje en el que he podido entrar y me ha dejado huella, porque con el resto me meto en el papel pero luego no me identifico con ninguno».
Dice que aún le queda mucho para ser actor. «Me considero un actor, lo que ocurre es que por respeto a esas personas que estudian durante años y se preparan, debo decir que a mí me queda todavía para poder serlo con mayúsculas». Piensa que tiene potencial y capacidad interpretativa, «porque actuar te enseña a actuar y cada vez vas perfeccionando más. Claro que mi físico me limita para muchos papeles, pero ya hago algunos sin maquillar, como en un corto reciente que se llama 'Bonsái', en el que salgo tal cual».
Y después de contar eso dice que la vida real es más intensa. Su paso por 'Los hombres de Paco' y 'El orfanato' o por el impactante anuncio contra las drogas que se ve en televisión estos días, además de por varias películas han conseguido que Javier Botet sea lo que siempre soñó, un actor.
Fuente